viernes, 15 de agosto de 2008

Ejercicio 4:Kafka.

Era media noche cuando de pronto el chillído de una rata lo hizo saltar del sillon. Tan apresurado iba en busca del roedor que casi tropieza con ua larga cuerda. Sin darse aún cuenta se encontraba caminando torpemente sobre sus cuatro peladas y flacas patas. El reflejo en una lata de leche tirada en la cocina sirvio para que Carlos Salcedo se diera cuenta del enorme bigote ´que se encontraba en su cara. Al voltear para atras observo que la larga cuerda con la que casi se tropieza provenia de la parte final de su espalda. Quedo asustado por el color plomiso de su pelo y por los horribles dientes que le sobresalian de la boca. Quizo gritar, comunicarse pero no pudo, un chillído horrendo que salían de sus fauses se lo impedían. Su sorpresa continúo cuando miro hacia la ventana y vío como su gato Foncho saltaba sobre él para cazarlo. Corrio y corrio y logro esconderse rápidamete en un agujero. Foncho se encontraba fuera relamiendose las patas a la espera de esta rata hambrienta...

Ejercicio 3: El Gol de la Eternidad

Con golazo de Vargas se termino la felicidad. Mi padre llegó acalorado cuando el relog apenas marcaba las siete de la noche. Sin decir palabras nos cargo entre sus brazos a mi hermano y a mí. Carlos mi hermano penso que ibamos por un helado, promesa hecha por mi padre tras el triunfo del equipo de sus amores. Mi padre aún vestia la camiseta de su hinchada pero lo ojos vidriosos y el rostros desencajado eran contrarios al triunfo de su equipo esa tarde.
Mi hermano, muy distraído él, susurraba la lista interminable de sabores que se llevaría a la boca. Mientras tanto yo miraba a mi padre con esa expresiòn que llevan los niños cuando quieren preguntar algo, queria saber que había sucedido, porque llevaba esa cara tan triste si el equipo de sus amores gano con el golazo de Vargas, pero él no se inmutaba, miraba de frente en busca de no se qué.
Veinte minutos después nos percatamos que no estabamos en la heladería por el nos encontrabamos en el estadio. Una serpiente de personas rodeaban el recinto. Mi hermano y yo pensamos que se trataba de alguna celebración y nos metimos entre las piernas de los concurrentes. No queriamos perdernos la fiesta, ni los cantos ni las luces ni la alegría del triunfo. Mi padre nos a traído a celebrar con él pensé. Sin embargo nadie cantaba, ni aplaudia, no se escuchaban vivas, tampoco hubo serpentina, sólo una tarima en medio de la cancha y sobre ella el cuerpo atletico de Vargas. Su rostro mantenia la sonrisa de un goleador, pero sus manos frías y grises manifestaban que Vargas estaba muerto. Su último gol de la tarde, fue también el comienzo de la tristeza de todo un equipo, de toda una hinchada. Un infrato había acabado con el sueño de muchos con el mismo sueño de él. Ese gol se lo llevó a la inmortalidad.

jueves, 14 de agosto de 2008

Juicio Fujimori Montesinos

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El viernes 27 de junio me informaron en la redacción del diario donde trabajo que el lunes 30 me tocaría cubrir una de las comisiones más importantes de la historia. Se trataba del Megajuicio que se le sigue al ex presidente Alberto Fujimori Fujimori (juicio que he cubierto desde que lo extraditaron de Chile). Minutos más tarde me reconfirmarían la comisión, pero con un agregado extra: se daría el tan esperado cara a cara con su ex asesor Vladimiro Montesinos Torres. ¡Es portada!, me anunciaron, es la foto del año, del siglo, es: La comisión", tienes que llegar temprano. Mi fin de semana se cubrió de un vaho misterioso, estaba entusiasmado y angustiado a la vez. Experimentaba una extraña sensación que no sentía desde el 2001 cuando dos días después del terremoto que asolo el sur del país, capturaron al siniestro "Doc".
La redacción entro en caos, la mayoria de fotografos estaba en el sur y aquí en Lima no quedabamos muchos. Herman Schwartz mi jefe en ese entonces me envío con la única consigna: traer la foto . Dos días sin dormir esperando la llegada. Nos encontrábamos en las afueras de la Policía Aérea (DIPA) todos los medios de comunicación, las agencias internacionales de noticias, las radios y un ciento de reporteros gráficos. Vladi llego y los policías que lo transportaban desobedecieron lo ordenado por Ketín Vidal, (entonces Ministro del Interior del gobierno de transición del Presidente Paniagua) de pasearlo por delante del avión para que lo viera todo el mundo. En vez de eso lo llevarían por detrás de la aeronave. Lo subieron a un helicóptero y nadie absolutamente nadie sabía donde lo llevarían. Regresé al diario con penas y sin gloria, revelé lo poco que tenía y le anuncié a mi jefe que me retiraba a descansar. En ese preciso momento llegaron noticias desde la sección de comunicaciones anunciando que Montesinos sería llevado a la carceleta del poder judicial. Mi jefe y yo nos miramos, no me quedo más opción que salir corriendo las diez cuadras que me separaban hasta el recinto judicial. Dos mil policías ya acordonaban la entrada, periodistas, camarografos y fotógrafos, todos estaban detrás de las fuerzas del orden, impedidos de sacar al menos una buena toma, la gran foto. Me encontraba exhausto y sudoroso y sin ninguna posibilidad de hacer nada. Entonces en esos precisos momentos me di cuenta que la clínica Mason de Sante daba exactamente hacía la puerta de la carceleta. Corrí por detrás. Sin aire. Entre a la clínica por la lateral y salí justo por la de emergencias la que daba al calabozo, los policías se sorprendieron de mi acción temeraria pero ellos ya nada podían hacer. En esos precisos momentos paro una camioneta blindada y por mis ojos desfilo para mi lente el siniestro capturado. Volé a la redacción y casi sin aire le respondí a mi jefe, "creo que la tengo". La laboratorista revelo de inmediato la película. La portada estaba hecha, vete a dormir tienes dos días me dijo mi jefe.
La situación era diferente ahora el viernes 27 de junio antes de que anochezca llamé a unos colegas para ver si cubrirían el juicio, todos me confirmaron su presencia. Y como siempre ocurre desde que empezó el juicio a Fujimori todos los fotografos madrugamos desde las 3 de la madrugada para coger el mejor sitio. La sala es tan peqeña que los 6 primeros que entran tienen por así decirlo la exclusiva. Ya me encontraba en mi casa tratando de hacer planes para el fin de semana cuando en eso una llamada telefónica me alerto de algo importante que dejaría a un lado mi fin de semana. Los fotógrafos empezarían a hacer la cola para el ingreso al juicio desde el día domingo 29. Yo dí el grito al cielo y ofuscado por la angurria de otros los comencé a llamar para que cambiaran de opinión. Le dije esta bien que la cola se empiece en la madrugada pero estar desde el domingo es una locura. Todos compartieron mi opinión y me confirmaron que se haría de la forma antes empleada. No les creí. El domingo 29 a las 2 de la tarde me ubique en el tercer lugar de la cola, el primero llego a las 11 de la mañana. El día estuvo caluroso y la noche fría, para la medianoche ya había una veintena de fotógrafos. el cansancio comenzó a ganar a algunos, las escaleras las dejamos en fila en señal de que ese sitio nos pertenecía. Cada uno subió a su unidad móvil a a descansar sabíamos que el lunes sería un día difícil para todos, teníamos que recobrar fuerzas, estirarnos, dormir un poco. Llegó el esperado día 30 y yo sólo tenía en la cabeza cumplir la orden encomendada. Mi foto tenía que ser la portada al día siguiente. Se dieron las siete de la mañana del lunes 30 y todos nos preguntábamos como se daría ese encuentro, se mirarían, se abrazarían, se escupirían. La incertidumbre absoluta. Nueve de la mañana y tenía encima mío a unos 3o fotógrafos. Tenia la ubicación precisa, los lentes preparados y la calma de un monje tibetano. Apareció el "Doc" con su mirada de cínico con su actitud de patán, de controlador, las preguntas empezaron, él se reía del Fiscal, del país y en cada respuesta miraba a su compinche Fujimori para que este le de la venia de la burla de su juicio. Ese día no hubo abrazos, sólo miradas cómplices. Tampoco hubo la gran foto que todos esperaban. Sólo una desazon de que esto no ha cambiado. Que Fujimori y Montesinos siguen siendo los mismos de antes; en cuanto a mí seguiré a la espera de ese momento que todos estamos esperando... El encarcelamiento definido de los reyes de la mafia.
jjjk

martes, 12 de agosto de 2008

lunes, 11 de agosto de 2008

La Magia de Garcia Marquez

Muchos años después el escritor Gabriel García Marquez recordaria cuando sumido en la pobreza envío la mitad de lo que sería su novela cumbre a Buenos Aires, Argentina.

El premio nobel de la literatura revela que en agosto de 1966 junto a su esposa Mercedes fueron hasta la oficina de correos de San Angel, en la ciudad de Mexico para enviar los originales de Cien Años de Soledad, un paquete de quinientas noventa cuartillas escritas a máquina en un papel ordinario.
El manuscrito estaba dirigido al director literario de la editorial sudamericana, francisco porrúa, cuenta Gabo(como le dicen de cariño sus amigos), quien además dice que cuando el empleado del correo peso el paquete él saco calculos mentales que le dieron ochenta y dos pesos.
En esos precisos momentos Mercedes su esposa contaba los billetes y monedas sueltas que llevaba consigo en la cartera. Sólo tenemos cincuenta y tres, palabras que lo devolvieron a la realidad. Pero Gabo estaba acostubrado a esos tropiezos abrio el paquete lo dividio en partes iguales enviando a Buenos Aires sólo la mitad. Sin preguntarse siquiera cuando conseguiria el dinero para mandar el resto.
Eran las seis de la tarde del viernes y tuvieron que esperar hasta el lunes que volvian a abrir el correo. Sin un peso más en los bolsillos Gabo penso en empeñar la máquina portatil con la que se tardo un año de seis horas diarias en escrbir su novela, pero no podia empeñarla porque le haria falta para comer.
El escritor mensiona además que ya le quedaban pocos amigos para exprimir y que buscando entre sus pertenencias pocas cosas de valor aún le quedaban, como el calentador de su estudio o la batidora que Soledad Mendoza, le había dado como regalo de bodas, para colmo de sus males se percato junto a Mercedes que la novela la habian enviado al reves: las páginas finales antes que la del principio.
Lo unico que falta ahora- dijo- es que la novela sea mala. Diesiocho meses de trabajo y esperanza que se podian terminar ese mismo día. para mi suerte, termina Gabriel García Marquez, Cien Años de Soledad fue subastada por más de medio millonde dólares y con ella terminaron todas sus penurias.

El pisapapel del escritor

Luego de quince años de haber terminado su libro, el periodista y escritor de la agencia AFP encontró el pisapapeles perdido, recuerdo de su abuelo, en una tienda de antigüedades de Paris.

La última vez que lo tuvo entre sus manos fue la noche en que estaba a punto de terminar su novela más consagrada, recuerda el escritor, quien además recordó que se lo arrojo en su desesperación a un gato que no paraba de maullar en el tejado contiguo a su habitación.

A la mañana siguiente de esa noche en que termino de escribir su libro,desesperado por lo que había hecho, bajo por las escaleras rumbo a la casa de su vecina; al explicarle lo ocurrido, ella accedió a que el escritor buscara inútilmente el pisapapeles de su abuelo en el techo de su casa.

Cual seria la pena del escritor al no encontrar aquel obsequio, que durante años, visitar tiendas de antigüedades se convirtió en su pasión y entretenimiento. Fue así que tras quince años de recorrer el mundo buscando un pisapapeles parecido, hallo el suyo en una vieja tienda de antigüedades en Paris Francia, lugar donde habitaba desde hacia tiempo.

Más la sorpresa del escritor recién empezaría cuando el tipo regordete de mirada inquisidora y barba blanca que atendía la tienda de antigüedades, le confesará "Tú me lo tiraste hace quince años al techo donde cantaba".