El premio nobel de la literatura revela que en agosto de 1966 junto a su esposa Mercedes fueron hasta la oficina de correos de San Angel, en la ciudad de Mexico para enviar los originales de Cien Años de Soledad, un paquete de quinientas noventa cuartillas escritas a máquina en un papel ordinario.
El manuscrito estaba dirigido al director literario de la editorial sudamericana, francisco porrúa, cuenta Gabo(como le dicen de cariño sus amigos), quien además dice que cuando el empleado del correo peso el paquete él saco calculos mentales que le dieron ochenta y dos pesos.
En esos precisos momentos Mercedes su esposa contaba los billetes y monedas sueltas que llevaba consigo en la cartera. Sólo tenemos cincuenta y tres, palabras que lo devolvieron a la realidad. Pero Gabo estaba acostubrado a esos tropiezos abrio el paquete lo dividio en partes iguales enviando a Buenos Aires sólo la mitad. Sin preguntarse siquiera cuando conseguiria el dinero para mandar el resto.
Eran las seis de la tarde del viernes y tuvieron que esperar hasta el lunes que volvian a abrir el correo. Sin un peso más en los bolsillos Gabo penso en empeñar la máquina portatil con la que se tardo un año de seis horas diarias en escrbir su novela, pero no podia empeñarla porque le haria falta para comer.
El escritor mensiona además que ya le quedaban pocos amigos para exprimir y que buscando entre sus pertenencias pocas cosas de valor aún le quedaban, como el calentador de su estudio o la batidora que Soledad Mendoza, le había dado como regalo de bodas, para colmo de sus males se percato junto a Mercedes que la novela la habian enviado al reves: las páginas finales antes que la del principio.
Lo unico que falta ahora- dijo- es que la novela sea mala. Diesiocho meses de trabajo y esperanza que se podian terminar ese mismo día. para mi suerte, termina Gabriel García Marquez, Cien Años de Soledad fue subastada por más de medio millonde dólares y con ella terminaron todas sus penurias.
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